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Me lo propuse hace un año (feedback) y lo he aprendido por segunda vez: el tiempo perdido no se recupera.
Para compensar, he aprovechado tanto el presente que me siento cómo si hubiera encotrado una cajita polvorienta, debajo de una baldosa de mi cuarto, y al abrirla hubiera encontrado mi tiempo perdido. Estaba junto un montón de años, de diferentes colores y formas. Con anillos como Saturno. Y una estrella, pero no la polar. Verdes, Rojos, Blancos. El tiempo amarillo. Años azules pero lógicamente ninguno violeta. Sin música. Algo sencillo y rápido. Encendí incienso, me senté en la cama, inspiré, aguanté la respiración y soplé tan fuerte como pude.
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Ahora el tiempo está en mi cuarto. Ha vuelto a mi vida sin desintegrar la persistencia de la memoria, pero no lo he recuperado.
vvvvvvvvvvvv.......................................................................................................................................................imagen: charuca