Resfriadillos y otros mareos

¿Se puede estar enfermo 30 veces en un mismo año?

No sé si algún tipo de comité científico se habrá planteado esta cuestión, pero con ánimos de facilitar el trabajo ya adelanto que SI ES POSIBLE. Este año he batido el record de microbios por mes en mi organismo y aunque parezca mentira no me he inmunizado y sigo pillando los resfriados guarros que te joden el día peeeeeeeero que te permiten ir a trabajar con toda la tranquilidad del mundo.

Los he pillado de todas las formas y colores: los resfriadillos chungos que te dejan molida, los que te dan fiebre mortal que llega casi a 40 pero que duran un día, luego los de fiebre con orzuelos, anginas malditas, los resfriados de mocos y mocos, gripe intestinal, tos sin fiebre, migrañitas y unas anginas ficticias que me permitieron alargar mis vacaciones de verano ;)

Hoy he amanecido congelada de frío y con una tos de perrillo que me tiene contentina a mí y a mis compañeros de trabajo (en especial a la secre, que la muy ****, tiene miedo a contagiarse y se ha pasado el día tirando un ambientador con olor a limón salvaje. Ahora ya estoy prevenida pero esta mañana las 9:30 a.m casi me da algo cuando el ambientador en cuestión se me ha metido en los alveolos pulmonares y de qué no me tienen que hacer el boca a boca).

Me he estado planteando las causas de mi estado y creo que se podrían resumir en dos:

1.- La rasca que hacía en el piso hasta que Angi decidió ir a por estufas. Fue tal el congelamiento que llegamos al punto de ver la tele con dos secadores enchufados al máximo a modo estufa, en un intento de no palmarla en el sofá mientras veíamos el tomate. Suerte que la fiesta multitudinaria del viernes nos ayudó a sobrellevar una gélida salida del Apolo en la que veíamos hasta pingüinos y osos polares por la calle.

2.- Supongo que la segunda causa debe ser que HACE UN FRÍO DE COJONES y que he perdido los guantes de la moto y para poder dormir 5 minutos más por la mañana me olvido cada día de de coger una bufanda y supongo que los excesos del finde (muchos y muy variados) también han debido de influir.

Visto lo visto, tendré que abrigarme más y pasar este enésimo resfriado estoicamente. No me queda otra que pedir a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente un kit antibacteriano, porque la edad se nota, que a los 20 tanta tontería no tenía y estoy segura que cometía muchos más excesos, y si no ¿Cómo se explica el finde de la Casita o las tardes eternas en las dunas bajo el gélido frío del mes de enero barcelonés? Esas locuras de la mano de Ro, Eli, Andy, La Bin o la Pens no tenían precio. Vivíamos en la calle y jamás caímos resfriadas, siempre era pronto para ir a casa y si el frío mellaba nos resguardábamos en el Caixa Penedés, que hacía las veces de bar, las veces de after, las veces de garito para desayunar o simplemente de local social donde reunirnos y de paso clichar que se cocía por el Jones.

En fin, intantaré sobrellevar el que espero que sea el último resfríado de los 25 años y de paso, haré ver que no estoy a punto de entrar en una crisis precumpleañera.